La Fundación Miguel Ángel Blanco asiste al acto de entrega del premio Gregorio Ordóñez al exprimer ministro de Francia Manuel Valls

 

Valls defiende la cooperación «ejemplar» a nivel judicial, político y policial

Durante su intervención, Manuel Valls ha defendido la cooperación «ejemplar» a nivel judicial, político y policial entre Francia y España y en la que, según ha dicho, no se puede producir ningún cambio porque el fin de ETA no debe ser sólo policial y judicial, sino que «debe ser una derrota política y cultural».

«Los criminales de ETA tienen que reconocer que se han equivocado y pedir perdón a la sociedad española, no hay otra solución», ha insistido Valls. Ha recalcado además que la reconciliación no debe producirse en España entre una democracia y una organización terrorista de una forma en la que se pueda «ir olvidando lo pasado» con alguna «forma de rehabilitación política» posterior.

Ha dicho, en este sentido que «el terrorismo no es una guerra civil», sino una lucha contra «nuestros valores y nuestra civilización». Matar a políticos, profesores e intelectuales, entre otras personas que representan a una sociedad, constituye «un mensaje clarísimo» de intentar «derrumbar valores, la democracia y la civilización a la que representamos».

Ana Iríbar: «Va siendo hora de poner en su sitio a los nacionalismos»

Poco antes le ha precedido en el uso de la palabra Ana Iríbar, quien ha asegurado que «va siendo hora de poner en su sitio a los nacionalismos, muy especialmente en Euskadi, donde el relato de lo sucedido durante cincuenta años de dictadura terrorista se pervierte en favor de los asesinos y los cómplices».

«Hoy, la reivindicación de libertad debe ser más exigente que nunca. Muy especialmente en Cataluña, pero también en el País Vasco. Allí donde el nacionalismo consentido y mimado de este país utiliza las instituciones del Estado para reivindicar su fantasía y poner la casa patas arriba», ha sentenciado.

Iríbar ha afirmado que «la tribu nacionalista catalana ha pervertido la esencia de la reivindicación de libertad y la ha convertido en una triste farsa, un motín de bucaneros; una nueva horda insolidaria cuyo símbolo de valentía y de identidad es el lazo amarillo de la ruptura, del delito, del desafecto y de la sedición».

La Fundación Gregorio Ordóñez decidió reconocer el pasado diciembre a Manuel Valls con el premio que lleva el nombre del político donostiarra asesinado por ETA, en agradecimiento a su defensa «del patriotismo frente a los nacionalismos» y su exigencia a la clase política de «una visión más histórica de Europa».

El evento ha contado con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido; la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el expresidente del Gobierno José María Aznar; su esposa y exalcaldesa de Madrid, Ana Botella; y el exministro popular Jaime Mayor Oreja.

El vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, y el secretario general del Partido Popular en el País Vasco, Alfonso Alonso, han sido otros de los participantes al acto, al que también han asistido el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta; la secretaria general del PSE/EE, Idoia Mendia; y el presidente de Vox, Santiago Abascal, entre otras personalidades.

http://www.rtve.es/noticias/20180203/eta-valls-defiende-mantener-cooperacion-antiterrorista-entre-francia-espana-hasta-fin-eta/1672940.shtml.

En la imagen Manuel Valls recibiendo el Premio de las manos de Ana Iríbar.

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