Hace 28 años que ETA mató a Miguel Ángel Blanco Garrido, el concejal de Ermua (Vizcaya), que fue secuestrado y tras 48 horas de agonía y chantaje, acabó asesinado de dos disparos que lo tuvieron 12 horas debatiéndose entre la vida y la muerte, hasta que finalmente, falleció. Era 13 de julio de 1997 y aquella barbarie paralizó a todo un país que salió a la calle unido gritando basta ya a la banda terrorista. Lo hizo con manos pintadas de blanco como símbolo de paz. Fue un punto de inflexión que marcó un antes y un después en el país y que hoy, 14 de julio, se ha recordado en Rota a través del acto que convocaba el PP local como viene haciendo desde hace algunos años.
Casi una treintena de personas han acudido a esta cita, entre ellos, los concejales del PP, algunos jóvenes, representes de la Policía Nacional y Policía Local y algún vecino. Más allá de la participación, el grupo popular tiene claro que este es un acto necesario y que se mantendrá en el futuro para que las nuevas generaciones conozcan qué ocurrió aquel julio de hace 28 años porque, aseguraban desde el partido, «ETA ya no mata, pero sigue estando entre nosotros, con mucho poder de decisión en el gobierno de España», a través de un partido como Bildu, «con terroristas en sus listas», como han recordado desde el manifiesto al que se ha dado lectura en el sencillo homenaje a Miguel Ángel Blanco, celebrado en la calle que el Ayuntamiento de Rota rotuló con su nombre en 2009.
rotaaldia.com (14/07/2025)
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